- No sé cacarear.
- No sé si tener una certeza política te aumenta la moral.
- No sé qué decir sobre el golpe de estado en Bolivia, lo de Chile, Bolsonaro o la vuelta de Cristina.
- No sé cómo hablar de desigualdad —la madre de los problemas— si yo, con mi confort, SOY esa desigualdad.
- No sé decir “Andá a cagar con tu moralina”.
- No sé si los privilegios, más que aliviar, esclavizan.
- No sé bailar y bailo igual.
- No sé cómo vivir sin hacer yoga y respirarle a algo.
- No sé escribir como quisiera escribir.
- No sé qué hacer cuando mi hija más chica me pide que deje el teléfono.
- No sé si los que vivimos en Bahía Blanca nos damos cuenta de lo maravillosos que son los loros barranqueros.
- No sé hablar de lo que de verdad me importa estos días.
- No sé cómo hacer para estar más tiempo sola sin el “mami” de fondo.
- No sé decir “y qué”. Y qué.
- No sé agredir, pero puedo ser mala.
- No sé bancar un tiro.
- No sé decir cosas sin una primera pulsión de vergüenza.
- No sé escribir fácilmente “coger”, aunque —y esto sí lo sé— eso es lo que hay que hacer para sentirse bien junto con comer, leer y regar las plantas.
- No sé qué va pasar con el feminismo gritón, pero veo sus logros.
- No sé cómo es un viernes sin una cerveza.
- No sé qué es eso de mostrarse excedido de felicidad; pocas cosas más noventosas y menemistas.
- No sé qué haría sin mis amigas y sus caras deformadas de risa.
- No sé cómo decir que hay una epidemia de narcisismo y que tanto ego hace mal, así que pruebo con un texto en PRIMERA PERSONA ilustrado con una foto de MIS hijas y MÍA sacada por MI marido en el muelle de pescadores de General Daniel Cerri.
- No sé cómo dejar de aburrir con el asunto “mediana edad”.
- No sé prestar atención a números y datos duros, pero tengo un detector de personas auténticas.
- No sé hacer una tortilla.
- No sé si suena snob, pero la verdad o algo así como la verdad está en el arte: en un libro, en una canción; en un documental llamado Mountain en Netflix, está.
- No sé para qué tengo un blog, si cada vez que comparto algo lo primero que pienso es “¿pero quién te crees que sos?”.