Marianela Nobile es la maestra de segundo grado de mi hija María, una docente como tantas otras que en pandemia enseñó a través de una pantalla. Aunque ahora no. Ahora es una persona de cuerpo entero. Después de ocho meses estamos al aire en la vereda de su casa.
Como no hubo reencuentro en la escuela, Marianela y las otras maestras de segundo invitaron a los chicos de a tandas a sus casas “para agradecer el tiempo compartido” y “volver a encontrarnos aunque sea un ratito con todos los recaudos”. También para darles un regalo: un almanaque con imágenes de capturas de sus clases por Zoom.
Así que acá estamos con María, dos nenas y un nene, todos con barbijo en una vereda del macrocentro de Bahía Blanca. Los chicos se paran frente a Marianela y la miran. Ella les sonríe y les dice que qué lindo corte de pelo, que cómo están. Después los chicos se alejan y juegan a la mancha, corren y tocan los árboles —todo a la vez—. Marianela nos cuenta a las otras mamás y a mí cómo fueron estos ocho meses para ella, qué hubo más allá de la imagen de su cara con fondo de placard.
Tuvo COVID. No nos dijo nada para evitarnos la amargura. Sus padres, de riesgo y con quienes vive, también, y la pasaron bastante mal.
Dice que a ella le dolió mucho la cabeza, pero que igual pudo seguir —“seguir”: mandar tareas a diario explicadas por ella vía YouTube, dirigir clases de 30 chicos de 7 años divididos en grupos por Zoom y corregir trabajos prácticos cada semana para tantear cómo iba el aprendizaje— hasta ahora, que ya es diciembre y puede dedicarse a una mudanza que planea con su novio y a rendir exámenes de la carrera de Psicopedagogía que cursa.
Le digo que verla dar clases fue de lo más lindo que vi en la cuarentena, qué es tan sólida en su pedagogía y tan cariños con los chic… y no puedo seguir. Ella me mira, se abraza a sí misma y me dice “Se me pone la piel…”. Hasta que desviamos la vista y miramos a los chicos.
—¡¡Chicos!! ¡¡A la calle no, ¿eh?!!

Hablo un rato más con ella y me despido con un saludo yogui-japonés de reverencia. Justo llega otra nena con su papá a buscar su regalito. Cruzo la calle con María de la mano y lo escucho a él de atrás que dice:
—Gracias por todo, en serio.
Durante el año Marianela leyó cuentos e hizo dictados online y cada vez que un chico la interrumpió para mostrar un muñequito en cámara, paró. Con su voz y sus Zooms y su método de trabajo, que explicó y puso en marcha en abril/mayo y mantuvo hasta hoy, restó aturdimiento en casas como la mía en las que no se sabía mucho qué hacer con nada. Una vez le escribí para decirle que María se negaba a hacer la tarea, que gritaba, que qué hacía. Respondió así:
—Yo te recomiendo que vayan observando hasta qué punto es necesario ‘pincharla’ un poquito o hasta qué punto creen conveniente que, por ejemplo, no realice alguna de las tareas. Son ustedes los que van viendo cómo están anímicamente los chicos. El aprendizaje surge cuando hay una motivación, cuando estamos alegres, contentos, entonces es súper importante que ustedes como familia y sostén de María puedan ir administrando la cantidad de actividades en función de sus ganas de hacer.
A Marianela la quiero recordar porque a lo oscuro y a lo confuso también lo conocemos por contraste con gente como ella. Porque la amabilidad es belleza. Y porque este es un año para detectar y agradecer a quienes pasaron cerca y pasaron bien. Familiares, amigos o Marianelas, compañeros de trabajo, cajeros, enfermeros o personas que sólo estuvieron porque sí, porque tocó o porque alguien o algo las puso ahí. Ojalá 2020 no nos haya roto tanto y podamos ver eso.

Piel de gallina. Maestras así lo son todo en este momento.
Si tuviera que ponerle voz a este escrito no podría, porque el aguita de los ojos me lo impediría.
Amar los niños y trabajar para ellos, es tarea divina que DIOS recompensará.
Es un orgullo , maestras así , que con mucho esfuerzo ponen toda su alma y vida !!! Literal , es parte mía hacer que se valorare su labor , GRACIAS MARIANELA!!! Y A SU FAMILIA .
Que lindo una MAESTRA así. Esas que no te la olvidas más…que suerte tuvo María!
Muy bueno Maru, Este cambio de paradigma social, en algunos potencio sus dones y en otros al contrario.
Marianela pudo trascender a esta Pandemia.
Eso es verdad. Como dicen por ahí, adáptate o muere.
Cómo toda crisis ( no es una crisis….pero no le encuentro nombre que lo describa en toda su magnitud), está tb sacó a la luz lo oscuro y lo luminoso de cada uno. No es fácil saber qué hacer con eso entre las manos, así como se manifestaron fobias, obsesiones tb surgió la expresión de la vocación por algo.
👏🏻👏🏻👏🏻 Maríanela está en el espacio que le sienta!!!
Exacto. A algunas personas las potenció y les sacó lo mejor.