Experiencia «Quedando afuera del evento de poesía»

El escritor Carlos Busqued dijo una vez que «en Bahía Blanca hasta los hippies son fachos».

Jaja. Bueno.

La frase me viene a la cabeza al cruzarme con una chaqueña: está en Bahía para ver si puede aprovechar el subidón de estar cerca del actor de «El señor de los anillos», Viggo Mortensen, y resulta que no, que no puede, porque se lo impiden en una lectura de poesía.

*

Tres días antes, anuncian que Viggo presentará un libro de poemas gracias a la gestión súper exótica de una editorial bahiense de culto, Vox-Lux.

La noticia se dispara y llega a una fanática de J. R. R. Tolkien de la Provincia de Chaco. Lectora de la saga completa, quiere ver a quien hace de Aragorn en las tres películas de Peter Jackson.

Viaja de Chaco a Rosario en el auto de unos conocidos y de ahí toma un micro a Bahía. 1.600 kilómetros. Al llegar es de noche y hacen 0 grados. Viggo recién se presentará a la tarde siguiente, así que espera.

La chica, de unos veintipico, bajita y con gorro rojo tipo peruano algo descosido de un lado, duerme en la terminal de ómnibus de Bahía Blanca.

Pasado el mediodía va al lugar del evento.

Que es: el centro de convenciones de la Cooperativa Obrera, cadena de supermercados símbolo de la bahiensidad al palo. En breve Viggo Mortensen presentará sus poemas en Buenos Aires en el CCK y en el Centro Cultural Borges, pero acá, que tenemos espacios equivalentes como el Teatro Municipal y la Biblioteca Rivadavia, lo hace en algo así como un centro de jubilados.

*

Bahía Blanca tiene excentricidades.

Charles Darwin estuvo cerca de la ciudad por la época en que escribió «El origen de las especies» y Saint-Exupéry, «El principito». Los Ramones tocaron tres horas en el Club Estudiantes ante la muy poca gente que lo creyó y fue.

Esto. Lograr emparentar dos conceptos como «Viggo Mortensen» y «Cooperativa Obrera», notable.

Sin embargo, mi excentricidad favorita se llama Marcelo Zabaloy. Bahiense —en una época hacía mantenimiento en la planta embotelladora de Coca Cola—, Marcelo tradujo de manera autodidacta al indescifrable Ulises de James Joyce. Incluso hizo una edición sin la letra A, sólo porque no le gusta la letra A. ¿Más loco? Él mismo me sugirió que contara todo esto.

*

La chaqueña se presenta temprano en la Cooperativa Obrera y explica su ilusión. Sabe que no tiene entrada, que hubo pocas y que se terminaron enseguida, pero tiene un libro de Tolkien y quisiera que Viggo se lo firmara.

—No —le dicen. Es sólo con entrada. El evento no es de la Cooperativa Obrera, es de la editorial. De poesía.

Vuelve a explicar. Cuenta que vino de Chaco, que hizo un esfuerzo. No hay caso, se larga a llorar. Va a la vereda y espera. Hace frío.

*

Empieza el evento. Viggo está adentro, por algún lado entró, la chaqueña no lo vio. Llegamos mi hija María (10) y yo y nos sumamos a lo que ya constituye un gentío. Nosotras también vinimos sin entrada y trajimos el libro «La comunidad del anillo». María por momentos lo pone en alto, haciendo usufructo de su gorrito de dar pena (de lana y tipo peruano similar al de la chaqueña). Nos piden que dejemos espacio para que pasen los invitados.

Pasan. Poetas, músicos, actores. Montgomeris con corderito, pantalones anchos, bufandas de colores tejidas a mano. Pertenencia, aceptación; bendito tesoro.

Entra en escena —mentira, lleva un rato— el vigilador de la Cooperativa Obrera que se ocupa de los que estamos afuera, y anuncia que Viggo se asomará por un balcón del primer piso.

—Si se portan bien —dice—, corto la calle y lo saludan.

Desde el fondo, volando por encima de las cabezas, le ceban un mate.

—Capaz después pasás vos que sos chiquita, así Viggo te firma —dice a María.

Eso nunca pasa, pero un conocido que está adentro (¡gracias Héctor!) más tarde dará el libro a Viggo y María tendrá su Tolkien firmado por Aragorn.

No sé si la chaqueña llegará a tener esa suerte.

*

Desconozco quienes están al frente a la editorial Vox, pero siento admiración por ellos porque publicaron poesías de buenos autores cuando aún no eran conocidos, como Pedro Mairal y Santiago Llach.

La antipatía del evento de Viggo Mortensen se siente explícita. Si quieren hacer un evento de poesía cerrado —es su derecho, claro— que sea cerrado en serio. Nadie enterado.

Repartir entradas a los amigos y a algunos pocos más para entrar a un lugar chico y hacer creer que se trata de algo abierto es un acto de snobismo.

«El señor de los anillos» existe, es patrimonio humano, y no tiene nada de incorrecto, ni siquiera de tan descabellado, que una fanática de Chaco quiera ver en persona a un actor tres veces nominado al Oscar que le pone la cara a Aragorn.

Ahora que lo pienso, la historia del evento de poesía en realidad es ella. Lamento perderla y no saber su nombre ni qué va a hacer después. Va a caer una helada.

*

Para terminar, el cupo narcisista. ¿Qué hago yo acá? ¿Por qué cuento esto? Dos razones:

1. En mi casa se ve «El señor de los anillos» cada año. Versión extendida, tres horas y media cada película. Es el pasarla bien de un fin de semana entero. Mi marido y mis dos hijas leyeron los libros y saben algunos diálogos de memoria. Cuando María y yo salimos de casa buscando la experiencia Aragorn, Antonia se queda haciendo el bailecito de los hobbits.

3. Sincericidio: porque me gusta escribir y hace bastante que lo hago sin que nunca nadie de los que escribe me lleve el apunte. Sé que me falta talento, pero también sé que no tengo los amigos correctos. Al ver pasar a los del palo me brota un resentimiento.

*

Viggo Mortensen sale al balcón del primer piso con una remera de San Lorenzo en la mano. La calle está cortada y dos guitarristas se ponen a tocar el Himno Nacional Argentino. Él, tan buen mozo, sonriente y persona que sí, pone las manos como un altoparlante y grita con la misma voz que a la comunidad del anillo:

—¡Gracias! ¡La próxima vez leemos con ustedes!

15 respuestas a «Experiencia «Quedando afuera del evento de poesía»»

  1. Que genial , que tipo divino por lo que contas. Que cochera debe tener maria!.
    Talento te sobra.
    Amo los hobbit, tengo el tamaño de sus pies.:)

Deja un comentario